Los países más importantes de Europa se oponen a la exploración y producción de gas de esquistos, encabezando la lista Francia, Alemania y los Países Bajos, apoyando un informe del Centro de Estudios Orientales (OSW), de Varsovia. Para sorpresa de muchos observadores, Bulgaria, Rumania y la República Checa se unieron al grupo de los escépticos del gas de esquisto y por diversas razones están planeando prohibir el fracking por el momento en Europa. Algunos expertos, inicialmente de la publicación ERR (especializada en asuntos energéticos) advierten que no tiene sentido porque estos países son dependientes del gas del este de Europa, y lo más sorprendente es que los sectores que más se beneficiarán con el nuevo gas, se han unido al grupo de los escépticos del gas de esquisto, que son los directores del Centro de Estudios Orientales. Aseguran que el informe de Varsovia (OSW), según lo describe EER, el debate contra el gas de esquistos tiene consideraciones electorales y resultaron argumentos políticos y no científicos, la decisión de la República Checa, Bulgaria y Rumania. "En cada uno de los tres países el debate de gas de esquisto se superponen con los diferentes tipos de campañas electorales", señalan los autores con resultados fatales para las perspectivas de gas de esquisto en estos países. Tales políticas populistas pueden tener graves consecuencias económicas, tanto en en Europa Occidental, como en Europa Oriental. Mientras que los EEUU están disfrutando de lo que se llama una "reindustrialización" del país, gracias a la energía barata.