Artículo publicado en la revista Ecología Política, nº43
Hay una nueva palabra de moda en el mundo de los hidrocarburos, un nombre que se repite una y otra vez: fracking. Aunque se nos puede hacer extraño este término anglófono, el fracking, o
fracturación hidráulica, es una técnica que se está aplicando cada vez
más a nivel mundial para aprovechar ciertos yacimientos de gas llamados
no convencionales que, aunque de más difícil extracción, han entrado con fuerza en la escena energética, social y mediática. De hecho, pese a las incertidumbres y cifras contradictorias sobre las reservas reales de gas no convencional, la Agencia Internacional de la Energía estima que las reservas de estos tipos de gas representa ya la mitad de la base estimada de recursos de gas natural (2011).2
Techo de producción del petróleo y del gas a nivel mundial. El gas no convencional es la franja superior. Fuente: ASPO. Fuente: ASPO. |
Dado las importantes reservas estimadas,
es por tanto lógico que esta técnica despierte interés en un contexto
marcado por la escasez de los combustibles fósiles y, sobre todo, por la
llegada inminente de los techos de producción para petróleo y gas, como
se puede observar en la ilustración nº1. Esto, unido al aumento de la
demanda principalmente en los países emergentes y a la poca o nula
voluntad de los gobiernos del Norte Global a cambiar radicalmente sus
patrones de consumo y producción energéticos,3
ha hecho que los Estados y la industria de los hidrocarburos se lancen
de forma desesperada a la búsqueda de nuevos tipos de yacimientos.
Aunque de peor calidad y de más difícil aprovechamiento, es atractivo
tanto para las transnacionales de la energía por los mayores precios de
venta y la especulación en los mercados que terminan haciendo rentables
las inversiones iniciales tanto como para los Estados que buscan
diversificar sus matrices energéticas y reforzar la seguridad e
independencia energéticas de sus territorios.4
Así nos hemos encontrado con nuevos tipos de recursos con nombres tan curiosos como: arenas bituminosas, gas de esquisto, gas de pizarra, shale gas, gas de lecho de carbón, gas profundo, hidratos de metano, etc… Son las últimas fronteras del extractivismo donde se nos quiere dejar pensar que se juega el futuro energético del planeta y su modelo de desarrollo; son los últimos recursos que quedan, los más caros de aprovechar, en los que es necesario usar más energía, y los que a su vez son más perjudiciales para el medio ambiente y la salud humana. Podríamos decir que son los bonos basura de los hidrocarburos, los que alimentan esta nueva burbuja e intentan reconfigurar la geopolítica energética mundial.
Para entender mejor esta tecnología y los retos que conlleva, dividiremos este artículo en una parte de explicación técnica del fracking y sus riesgos sobre el medio ambiente, y una segunda parte donde repasaremos los conflictos socio-ecológicos que se están dando en el mundo en general y España en particular en torno a dicha técnica, puesto que el fracking se ha convertido en una de las tecnologías que mayor contestación está teniendo por parte de la ciudadanía y de movimientos ecologistas, vecinales y sociales.
Para entender mejor esta tecnología y los retos que conlleva, dividiremos este artículo en una parte de explicación técnica del fracking y sus riesgos sobre el medio ambiente, y una segunda parte donde repasaremos los conflictos socio-ecológicos que se están dando en el mundo en general y España en particular en torno a dicha técnica, puesto que el fracking se ha convertido en una de las tecnologías que mayor contestación está teniendo por parte de la ciudadanía y de movimientos ecologistas, vecinales y sociales.
El fracking, paso a paso5
Una técnica pensada para el gas no convencional
Cuando hablamos de fracking o fracturación
hidráulica, estamos hablando de la extracción de gas no convencional,
familia en la que se engloban yacimientos conocidos como gas de pizarra,
gas de esquistos y gas de lutitas.6
Para comprender lo que es este gas no convencional, veamos primero cómo
se encuentra habitualmente el gas en un yacimiento convencional y las
dos propiedades fundamentales en lo que respecta a los yacimientos de
hidrocarburos:
-
Porosidad: es el porcentaje de huecos que hay en la
roca. Este es el espacio que sería ocupado por el hidrocarburo, porque
en contra de lo que piensa mucha gente, el gas y el petróleo no están
atrapado en unas grandes cavernas subterráneas, sino que se encuentra en
los pequeños poros que hay casi todas las rocas.
-
Permeabilidad: es la facilidad con la que el
hidrocarburo fluye por la roca. No es suficiente con tener mucho espacio
para acumular la sustancia (esto es, alta porosidad). La producción se
basa en hacer una perforación en la formación que contiene el gas o
petróleo, y extraer desde ese único punto la mayor cantidad posible, con
lo que es muy importante que el hidrocarburo se pueda mover con
facilidad a través de la formación, es decir, que tenga alta
permeabilidad.
Normalmente el gas y el
petróleo se encuentran en rocas de gran porosidad, en las que además los
poros están bien conectados entre sí, y tienen una elevada
permeabilidad. Estaríamos hablando mayoritariamente de areniscas y
calizas. El
gas no convencional sin embargo se encuentra en rocas con una porosidad
muy baja y de baja permeabilidad. El mayor inconveniente es que la
velocidad de extracción del gas no es tan alta como con el gas no
convencional. Esto provoca que no se puedan hacer ingresos rápidos por
la venta del gas, con lo que la rentabilidad económica del proyecto se
ve afectada.
Por estos motivos, hace tiempo que la industria de explotación de
hidrocarburos viene desarrollando distintos métodos de perforación que
permitan mejorar las propiedades de la formación, para poder producir el
gas no convencional al ritmo suficiente como para rentabilizar este
tipo de yacimientos. La solución habitual ha sido aumentar el número y
tamaño de poros, bien con el uso de ácidos, o mediante la inyección de
agua a alta presión que provoque la fracturación de la roca. Esta última
técnica es precisamente lo que llamamos el fracking. La mejora
experimentada en las técnicas de perforación, unida a la subida de
precios de los hidrocarburos, las legislaciones ambientales laxas y los
intereses políticos, han permitido que los yacimientos de gas no
convencionales se estén explotando cada vez más a nivel mundial,
mediante fracturación hidráulica.
… y necesitada de muchos químicos y agua
Técnicas de perforación convencional (a la izquierda) y desviado (en
el centro). Fuente: Agencia Internacional de la Energía. |
Hay que aclarar que el fracking no se
aplica de forma aislada en cualquier tipo de pozo, sino que requiere de
una técnica de perforación concreta para que sea más efectivo. En los
yacimientos convencionales, los pozos se perforan en vertical. Mientras
tanto, en los yacimientos no convencionales, se empieza con una
perforación en vertical convencional, pero al alcanzar la capa que
contiene el gas, se desvía para penetrar a lo largo de la formación toda
la longitud posible. Las técnicas actuales de desvío permiten
profundizar hasta un km dentro de la formación sin demasiados problemas,
después de haber perforado unos 3 km de media en vertical, con lo que
estamos hablando de sondeos que alcanzan con facilidad los 4-5 km. Una
comparativa de estas técnicas se puede ver en la ilustración 2.
Una práctica habitual es
perforar varios pozos a pocos metros de distancia entre sí, que se
conectan en superficie para producir de manera simultánea. A cada uno de
estos conjuntos se le denomina plataforma. A pesar de que con esta
técnica de perforación se consigue mejorar la cantidad de gas a extraer
por cada pozo, la mejora sigue sin ser suficiente, con lo que es
necesario realizar una gran cantidad de perforaciones en superficie. El
ratio habitual varía de 1.5 a 3.5 plataformas por km2. Además, la ocupación de suelo de cada una de estas plataformas suele rondar las 2 hectáreas7.
Una vez perforado todo el tramo desviado, es el momento de comenzar la operación de fracking en
sí. Para ello, se va aislando por tramos el tramo desviado, se usan
unas cargas explosivas para perforar la tubería, y se inyecta agua a
alta presión, junto con una serie de aditivos. El objetivo es generar
nuevas fracturas en la formación y ampliar las ya existentes. Esta
operación de fracturación se puede producir hasta 15 veces por cada uno
de los tramos, con aditivos específicos en cada caso. Uno de los
aditivos más habituales es arena, para que al quedar atrapada en las
grietas, las apuntale, e impida que se cierren una vez terminada la
presurización de la formación. Además de la arena, se introduce también hasta 500 sustancias entre las que se figuran 17 tóxicos para organismos acuáticos, 38 tóxicos agudos, 8 cancerígenos probados, 7 elementos mutagénicos, etc. (ácidos,
antioxidantes, biocidas, benceno, xileno, disulfuro de carbono,
compuestos de piridina, etc.) (Tyndall center, 2011). Hay que decir que
la composición del fluido de fracturación es en gran medida desconocida,
al ser considerada un secreto empresarial de las empresas encargadas de
la operación, y estar exentas de las políticas medioambientales en
muchos países.
Si fuera poco, en cada perforación, se necesitan unos 200,000 m3
de agua para la fracturación hidráulica. Teniendo en cuenta que los
aditivos químicos suelen suponer entorno a un 2% del total de agua
introducida, esto supone que en cada pozo se inyectan 4,000 toneladas de
productos químicos altamente contaminantes. Gran parte de este fluido
que se ha inyectado en el pozo posteriormente va retornando a
superficie, bien inmediatamente después de la operación, bien durante la
posterior extracción de gas natural. Es necesaria por lo tanto una
buena gestión del líquido retornado, que es altamente contaminante.
Además, el fluido inyectado que no retorne, puede permanecer en el
subsuelo y migrar posteriormente hacia algún acuífero o la superficie,
provocando una importante contaminación.
Un último asunto importante a considerar es la vida
útil de estos pozos. Debido a que el radio de drenaje es relativamente
bajo, se agotan bastante rápido. La vida útil de este tipo de pozos
puede rondar los 5-6 años. Una vez terminada su vida útil es necesario
proceder a su abandono, sellando con tapones de cemento la perforación
realizada.
Principales impactos del fracking
Los riesgos e impactos detectados son múltiples y en ámbitos diversos. Pasemos a continuación a detallarlos.8
Riesgos durante la perforación
Como ya se ha comentado, es necesario emplear
técnicas de perforación especiales para poder proceder posteriormente a
la fracturación hidráulica. Por todo ello, a los riesgos habituales de
un sondeo de hidrocarburos, se unen los específicos de los sondeos
desviados. Hablamos por lo tanto, de riesgos de explosión, escapes de
gas, escapes de ácido sulfhídrico (muy tóxico en bajas concentraciones),
y derrumbes de la formación sobre la tubería. Este último es mucho más
habitual en el caso de sondeos desviados como los que se realizan en
este caso. Recordemos que se están perforando una media de 6-8 pozos por
plataforma, y entre 1.5 y 3.5 plataformas por km2, con lo
que aunque a priori el riesgo de que ocurra un accidente de este tipo
por pozo es baja, al aumentar el número de pozos a realizar el riesgo
aumenta de forma alarmante.
Contaminación de agua
Una de las mayores preocupaciones de la fracturación
hidráulica es la afección a los acuíferos subterráneos. Al fracturar el
subsuelo, existe la posibilidad de que una de las fracturas inducidas
alcance un acuífero, contaminando el agua con los fluidos de
fracturación y con el propio gas de la formación. Además de este riesgo,
existe también la posibilidad de que durante la fracturación se conecte
con un pozo antiguo, mal abandonado, y de ahí el gas se comunique bien
con un acuífero, como con la superficie. Este tipo de accidente ya ha
sucedido con antelación, contaminándose un acuífero a través de un pozo
abandonado en la década de los 409.
Riesgo químico de los aditivos
Como comentado, en cada perforación es necesario
emplear unas 4,000 toneladas de productos químicos, la mayoría de ellos
altamente contaminantes. Al diluirse a un 2% en agua, su nivel de
toxicidad se ve fuertemente reducido. De todos modos, estos productos
químicos llegan a la plataforma sin mezclar. El riesgo de accidente
durante el traslado debe tenerse en cuenta. La cantidad de trasiegos de
camiones a realizar para la densidad de pozos que se perforan es elevada
(lo que provoca por su cierto a su vez contaminación acústica e
inseguridad vial). Para cada plataforma se estima que el movimiento de
camiones mínimo es de 4000, una gran cantidad de ellas para el trasiego
de productos químicos. De nuevo, aunque el riesgo de producirse un
accidente con derrame del producto químico sea bajo, el gran número de
operaciones a realizar lo convierte en un riesgo importante.
Contaminación del aire
Durante todo el proceso de perforación y
fracturación, se utilizan una gran cantidad de aditivos, muchos de los
cuales son compuestos volátiles. Lo mismo sucede posteriormente en la
etapa de producción, en la que es necesario acondicionar el gas extraído
para inyectarlo en el gasoducto. Todos estos compuestos pasan en mayor o
menor grado a la atmósfera, pudiendo generar ozono, o BTEX10 entre otros.
Terremotos
En aquellas zonas donde el desarrollo del fracking
está más avanzado, se ha constatado un aumento de la sismicidad
coincidido con los periodos de fracturación hidráulica. Hay que tener en
cuenta que durante las operaciones de fracking se presuriza el subsuelo
en más de 100 ocasiones. Este sobreesfuerzo al que se le somete puede
ser suficiente como para provocar desplazamientos de fallas
subterráneas, y por lo tanto terremotos, como ha pasado en Lancashire en
Reino Unido donde la empresa Cuadrilla Ressources ha reconocido que su
perforación era la causa de dos terremotos locales.
Efecto invernadero
El gas no convencional, por las condiciones en las
que se encuentra, suele estar formado casi en su totalidad por metano.
Este es un gas de efecto invernadero mucho más potente que el propio CO2,
en concreto, 23 veces más potente. Esto quiere decir que cualquier
escape del mismo durante la perforación, fracturación, y producción es
mucho más nociva que los gases que se generan posteriormente durante su
combustión.
El problema añadido de las técnicas de fracking con
respecto a los escapes de gas, es el agua de fracturación en su retorno.
Al haber estado en contacto con el gas en subsuelo, absorbe una
cantidad de gas, que al retornar a superficie es emitido a la atmósfera.
Se ha estimado que en un pozo en el que se ha realizado fracturación
hidráulica, el aumento de emisiones de metano es del 2%. Un informe de
la Universidad de Cornell estima por lo tanto que el gas de pizarra
suponen un aumento de emisiones de gases de efecto invernadero de entre
un 30% y un 100% comparado con el carbón.
Ocupación de terreno
Un problema añadido es la gran ocupación de terreno
de este tipo de explotación. Como se ha comentado anteriormente, es
necesario realizar un gran número de pozos para aprovechar correctamente
los recursos. Se suelen perforar de 1.5 a 3.5 plataformas por km2, con una ocupación de 2 hectáreas por cada una.11 El impacto visual de esta acumulación de sondeos es muy grande.
Fracking y zonas de conflictos socio-ecológicos
Reservas de gas no convencional en el mundo. Fuente: Agencia Internacional de la Energía. |
Los yacimientos de gas no convencional están distribuidos a todo lo
largo del planeta con un carácter novedoso: abundan en países
históricamente más pobres en hidrocarburos (Baccheta, 2012). Mientras en
la geopolítica del gas convencional —y de la (in)dependencia
energética— Rusia, Irán, Qatar y Arabia Saudita concentran más del 50%
de las reservas mundiales, en la geopolítica del gas no convencional
encabezan la lista la China, Estados Unidos, Argentina, México,
Sudáfrica, Australia, India y juegan un papel importante Europa (zona
central y este, Francia, Reino Unido, etc.) y Norte África. Mientras
tanto, en América del Sur, además de Argentina, son Brasil, Chile,
Paraguay e incluso Bolivia, quienes van muy por delante del tradicional
gigante en hidrocarburos, Venezuela.12En
el mapa 3 se pueden observar las principales áreas con yacimientos de
gas no convencional. Puesto que por un lado la explotación de
hidrocarburos no convencionales es un negocio potencialmente muy
rentable y además con un carácter geopolítico central, y que por otro
lado conlleva graves afecciones al medio ambiente y a la salud, no es de
extrañar que estén surgiendo cada vez más conflictos socio-ecológicos
en todos los puntos de extracción donde se aplican esta técnica de
fracturación hidraúlica.
Estados-Unidos, el conejillo de indias del fracking
Las primeras alertas nos llegan desde hace años de
Estados-Unidos donde, según datos de la Agencia de Energía
estadounidense, la producción de gas pizarra ha pasado de suponer el
1,4% del suministro total de gas de EE UU en 1990 al 14,3% en 2009,
pudiendo alcanzar un 24% para 2035. Este experiencia previa nos permite
tener más perspectiva a la hora de analizar lo ocurrido, puesto que los
primeros pozos se iniciaron en los ochenta, con un boom en los años
2000, y hay en la actualidad 500.000 pozos perforados, y un ritmo
previsto de más de 30.000 pozos nuevos al año.
Es evidente que ante tal despliegue, el movimiento antifracking ha hecho oír su voz: documentales como Gasland –realizado por el activista medioambientalista estadounidense Josh Fox—13 o como Fracking Hell y plataformas ciudadanas organizadas como “No Fracking”14
dejan constancia del complejo político-comercial escondido detrás de la
explotación de gas no convencional y sus consecuencias ambientales y de
salud en Estados-Unidos.15
Las principales conclusiones que podemos sacar de la experiencia
estadounidense recuerda una vez más sin duda las pautas clásicas de
conflictos socio-ecológicos convencionales:
-
Connivencia entre poderes políticos y económicos:
bajo la administración Bush Junior y tras una labor incesante de lobby
de las transnacionales de la energía, han sido derogadas varias de
las leyes de protección ambiental más importantes de EEUU, entre ellas
la de la Ley del Agua Potable Segura, para que dicha ley no se aplicara
al fracking.16
Esta disposición se ha llegado a llamar el “vacío legal” o la “enmienda
Halliburton”, puesto que la multinacional Halliburton es una de las
pioneras y una las mayores proveedoras de servicios de fracturación
hidráulica en EEUU, y cuyo anterior director ejecutivo no fue otro que
Dick Cheney, entonces Vicepresidente de EEUU cuando se aprobó esta
exención legal específica.
-
Potencia económica de las multinacionales de la energía: a golpe de cheques para comprar las tierras,17
de promesas de nuevas fuentes de empleo en torno a los pozos o de
campañas de publicidad muy agresivas, consiguen el beneplácito tanto de
los propietarios de los terrenos donde está el gas como de los actores
económicos, políticos y legislativos, o generar sus propios informes de
expertos donde se auto-exculpan de cualquier contaminación ambiental o
efecto sobre la salud. De hecho, debido al débil papel de la Agencia de
Protección Ambiental federal, los Estados federados, con presupuestos
ajustados, se encuentran indefensos para hacer frente a intereses y
presupuestos millonarios, lo que explica a su vez que “21 estados de 30
donde hay pozos no tienen regulaciones específicas y ninguno exige a las
empresas que informen sobre la cantidad de fluido tóxico que queda bajo
tierra” (Goodman, 2010).
-
Efectos nocivos sobre el medio ambiente y la salud: además de comprobar los riesgos medioambientales arriba mencionados, se han dado casos de cáncer, problemas respiratorios, daños cerebrales, desórdenes neurológicos, hipersensibilidad a químicos, debido principalmente a la
contaminación del agua y del aire. Como recoge Grandoso (2011), la
Universidad de Duke ha realizado un estudio que demuestra que los pozos
de agua potable cercanos a los lugares de extracción tienen
concentraciones muy elevadas de metano, “un asfixiante en espacios
cerrados y un peligro de fuego y explosión”, mientras que en la
localidad tejana de Dish rodeada de pozos, el 61% de las enfermedades
registradas estaban asociadas a los contaminantes empleados por el fracking. En
noviembre del 2010, un estudio de la Agencia de Protección Ambiental en
Wyoming relacionó la contaminación de pozos de agua potable con el
fracking.
Tras
quince años de pruebas, luchas y lobby variopintos, el pulso entre
movimiento antifracking y transnacionales de la energía ha dado lugar
por un lado a la suspensión temporal en Nueva Jersey, Nueva York y
Pensilvania de la fractura hidráulica hasta conocer mejor los riesgos de
contaminación del agua potable, mientras que 16 municipios han aprobado
prohibiciones locales (pero sin tener capacidad regulatoria sobre la
industria del gas y del petróleo), y Vermont se ha convertido en el
primer estado federado en aprobar la prohibición en mayo del 2012. Además,
en septiembre del 2010, la Agencia de Protección Ambiental federal
(EPA) solicitó información sobre los productos químicos empleados por
las empresas extractivistas: respondieron ocho y, para que Halliburton
contestara, se necesitó una citación judicial (Fracking Hell, 2011). Al
mismo tiempo, la tensión aumenta y los poderes económico-políticos
reaccionan. Como símbolo de esta lucha —entre otras menos mediatizadas— ,
Josh Fox se encuentra hoy en la “Terror Watch List” del gobierno de EEUU y, hecho denunciado por la Unión americana de libertades civiles,
fue detenido en febrero del 2012 cuando asistía con su cámara a una
audiencia pública de una comisión del Congreso de EEUU dominada por los
republicanos y donde se analizaba las duras conclusiones de la EPA sobre
el fracking.
La fiebre del fracking llega a Europa y resto del mundo
Después del ensayo estadounidense, el fracking ha
desembarcado en Europa y muchas otras partes del mundo donde, al igual
que en EEUU, se han ido montando varios conflictos socio-ecológicos
enfrentando los poderes económicos y políticos dominantes a plataformas
vecinales, sociales y ecologistas denunciando los riesgos inherentes a
la explotación de gas no convencional.
A
nivel de la Unión europea, donde la Agencia Internacional de la Energía
estima que las reservas europeas de gas no convencional son de 35
trillones de metros cúbicos, lo que equivale a cuarenta años de
importaciones de gas según los parámetros actuales, su
complejidad legislativa se hace de nuevo notar. Hasta el momento, se
oponen las recomendaciones del Parlamento europeo que indicaba en julio
del 2011 que “los riesgos y cargas medioambientales [del fracking] no
son compensadas por su correspondiente beneficio potencial”, recomienda
su regulación y que se hagan públicos los componentes que se emplean en
los pozos de perforación, y las de la Comisión Europea, con capacidad de
impulsar una directiva al respecto, que considera que la legislación
existente puede aplicarse tanto al gas convencional como al no
convencional. Además, la batalla sigue dándose en el Parlamento europeo
donde por un lado, a iniciativa de un eurodiputado polaco se ha
discutido en la Comisión de Medio Ambiente, Salud Pública y Seguridad un
informe que promueve la expansión del gas de fracking en Europa y del
otro el comité de peticiones de la Unión europea ha estudiado a finales
de abril 2012 8.000 firmas desde Bulgaria en torno a los riesgos
asociados a esta técnica.18 Por su parte, el movimiento antifracking, mediante una coalición de 36 organizaciones no gubernamentales especializadas en los ámbitos del medio ambiente y la salud principalmente de Europa pero también de EE. UU., Australia y Sudáfrica han pedido a la Unión europea que “hasta
que estos problemas no se aborden debidamente mediante una evaluación
científica exhaustiva (…) no deberían proseguir las actividades
relacionadas con la extracción de gas y de petróleo de esquistos, ni de
metano procedente de vetas de carbón.” Instan a los Estados miembro a
“suspender todas las actividades en curso, derogar los permisos y
prohibir todos los proyectos nuevos de prospección y explotación”.19
Por último, en mayo del 2012 el Partido Verde europeo, muy activo en el
Parlamento europeo y las movilizaciones sociales con el eurodiputado y
altermundialista José Bové, se ha pronunciado para toda Europa en contra
la explotación de gas no convencional mediante la fractura hidráulica.20
En cuanto a cada país en la Unión europea, recogemos
en la tabla siguiente la situación legal a día de hoy así como
comentarios adicionales que caracterizan el conflicto ecológico y/o
pueden influir en el futuro de la explotación o no del gas no
convencional en Europa.
País
|
Situación legal
|
Notas sobre el conflicto socio-ambiental
|
Alemania
|
Moratoria en el Estado de Renania del Norte Westfalia desde marzo del 2011.
|
|
Bulgaria
|
El Parlamento Búlgaro aprobó una resolución
prohibiendo la fractura hidráulica en su territorio en enero del 2012 y
prevé multa de unos 50 millones de euros y la confiscación de los
equipos utilizados a aquellas entidades que la practican.
|
|
Chequia
|
El ministro de Medio Ambiente propone una prohibición
temporal por unos dos años para que se elaboren nuevas leyes que
regulen las reglas de los sondeos en los que se han interesado distintas
compañías extranjeras.
|
|
Francia
|
Explotación de hidrocarburos mediante fracking prohibida por ley desde julio 2011 por inyectar “productos extremadamente agresivos” y cuyo resultado son “paisajes destruidos, agua contaminada” y una “seguridad dudosa”.
|
|
Irlanda del Norte
|
A fines de 2011 declaró la moratoria hasta que no se realicen estudios ambientales.
|
|
Países Bajos
|
Moratoria nacional hasta el verano de 2012 hasta conocer los efectos de la técnica.
|
|
Polonia
|
Ninguna regulación específica.
|
|
Reino Unido
|
Ninguna regulación específica
|
Se ha suspendido alguna explotación de la empresa Cuadrilla Ressources en Lancashire tras la aparición de movimientos sísmicos.
|
Rumanía
|
A pesar del apoyo del Presidente rumano, el gobierno recién elegido está preparando una moratoria sobre el fracking.
|
Tras la prohibición en Bulgaria, Rumanía representa(ba) la nueva esperanza de Chevron.
|
Suecia
|
Suecia permitiría el fracking a pequeña escala y bajo un marco regulatorio adecuado.
|
|
Suiza
|
El cantón de Friburgo suspendió en abril de 2011 todas las autorizaciones para buscar gas de pizarra en su territorio.
|
|
Ucrania
|
Ninguna regulación específica.
|
|
En el resto del mundo, ya sea por ejemplo en
Sudáfrica, Quebec, Australia, las movilizaciones ciudadanas han logrado
moratorias. Otro gallo canta en China, donde por la falta de oposición,
el gobierno chino firmó en 2009 un acuerdo con EEUU y ya ha comenzado a
hacer perforaciones con la promesa de que sus reservas sean las más
importantes del mundo (Manrique, 2011). También cabe señalar el caso de
Argentina donde detrás de las renacionalizaciones de YPF y su rama
gasista, subyace la voluntad del Gobierno argentino no sólo de controlar
los recursos naturales, sino de explotarlos con aún más determinación.
Si nos fijamos en el proyecto de ley de expropiación, además del
objetivo de “autoabastecimiento”, se trata de la explotación de
“hidrocarburos convencionales y no convencionales”. De hecho, recordemos
que Repsol-YPF descubrió el año pasado en el área argentina de Vaca Muerta uno de los mayores yacimientos “no convencionales” de
petróleo y gas de pizarra del mundo. El Gobierno argentino, siguiendo
los pasos nacional-productivistas de otros gobiernos de América Latina
como Brasil, inscribe su acción dentro del llamado extractivismo
(de petróleo, gas, materias primas, etc), particularmente agresivo con
el medio ambiente y los pueblos originarios (Marcellesi, 2012).
Y ¿en España?
Reservas de gas no convencional en España. Fuente: elaboración propia. |
Debido
a la gran falta de transparencia o de información por parte de los
poderes públicos, no es fácil conocer exactamente la realidad de la
explotación de gas de pizarra en España y saber qué permisos o
concesiones vigentes o solicitados son para hidrocarburos convencionales
y no convencionales.21
En cuanto al gas de pizarra, las zonas de mayor interés para los
intereses político-económicos y de mayor conflictividad social se
encuentran hoy en día en la llamada cuenca vasco-cantábrica (lo que
incluye principalmente yacimientos en Cantabria, Álava, Burgos y en
menor medida Bizkaia, Navarra, La Rioja) y, de cara al futuro, también
en Aragón, Sevilla y Jaén. En el mapa adjunto se pueden ver con mayor
claridad las áreas de mayor interés en la actualidad.22
Mientras que en Cantabria existe un permiso con varios pozos bajo el
nombre Arquetu y que en Burgos unos 20 pozos de investigación previstos,
el yacimiento más importante se encuentra en Álava en el permiso Gran
Enara donde, según el Ente Vasco de la Energía (EVE), se calculan
184.500 Mm3 de reservas, lo que supondría, haciendo caso omiso del techo
de extracción de los pozos, el consumo del País Vasco de 60 años y de
España durante 5 años.
En
el caso alavés y ejerciendo el liderazgo a nivel estatal, existe un
fuerte respaldo político del Gobierno Vasco, que ha sido simbolizado por
un viaje en octubre del 2011 del Lehendakari López a Dallas en Tejas,
con empresas especializadas en fracking. A nivel empresarial, el
consorcio que lidera la fase de investigación y, seguramente liderará la
fase de explotación si se confirma, está formado por el EVE (42,8%)23 y dos empresas norteamericanas: Cambria (35,30%) y Heyco (21,88%).24
Ésta última, conocida en Estados Unidos por su proximidad al gobierno
Bush Junior, su lobby a favor de la enmienda Halliburton y ser dirigida
por negacionistas del cambio climático,25
explicó sin pudor en jornadas sobre fracking organizadas por el
Gobierno Vasco en abril del 2012 su interés hacia los pozos alaveses por
1. el apoyo de la administración y el
trato fiscal (en España no hay ni prohibición, ni moratoria sobre esta
técnica y han obtenido permisos con tratamiento fiscal preferente), 2.
la presencia de poca gente y mucho campo (es decir, menos resistencia)
3. las leyes de protección ambiental “manejables” (recordemos que Heyco
estuvo envuelta en un escándalo por abrir pozos en las praderas
protegidas en Nuevo México) 4. un negocio muy rentable. De hecho, se
estima un valor del gas presente en Álava de 30.000 millones de euros,
sin saber, puesto que los capitales privados tienen más poder dentro del
consorcio que los públicos, quienes decidirán el destino del gas
extraído y adónde irán a parar los beneficios económicos, más allá de
asegurar que la entrada de capital americano estimulará el empleo y dará
trabajo a empresas vascas.
Sin embargo, a pesar de que el viceconsejero del
Gobierno Vasco Xabier Garmendia aseguró que los riesgos asociados a la
exploración “son irrelevantes” y que en marzo de 2010 el Estado español
confirmara que no es necesario para los pozos de investigación el
sometimiento a un Estudio de Impacto Ambiental, existen riesgos
ambientales de tanto calado como los observados en Estados Unidos y
otras zonas de Europa y del mundo ya sea para investigación, exploración
o explotación. En este caso, el principal riesgo es la contaminación del acuífero de Subijana (la mayor reserva de Euskadi), del ecosistema fluvial y de la red natura (el Zadorra es un Lugar de Interés Comunitario), afección a las especies protegidas, al paisaje y al ruido (con el tráfico de camiones), la emisión de gran cantidad de gases contaminantes y de efecto invernadero, el gran consumo de agua y la gestión de residuos deficiente. Por su parte, según la
Fundación Nueva Cultura del Agua, los permisos de investigación de
Enara no son compatibles con el derecho comunitario europeo al infringir
los artículos 1 y 4 de la Directiva Marco del agua y el principio de precaución establecido en el artículo 191.2 del Tratado de Funcionamiento de la Unión europea (La Calle, 2012). Además, por si fuera poco y emulando la enmienda Halliburton en Estados-Unidos, el
Parlamento vasco, juntando los votos del PSOE, PP y PNV, ha modificado
incluso la ley de conservación de la Naturaleza para permitir el fracking en espacios protegidos…26
Por ello, y aunque no exista en la actualidad una
plataforma estatal que vinculen las diferentes luchas locales contra el
fracking, se han organizado diferentes movimientos antifracking en cada
zona afectada. Ya sea en Cantabria, donde se dieron a conocer los
primeros permisos y pusieron en marcha una página web con la mayor
información en España sobre fracking, en Euskadi (principalmente en
Álava y luego en Bizkaia) o en Burgos y Navarra más recientemente, la
lucha social y política ha alcanzado un grado de conflictividad
importante dificultando por un lado el rodillo político-económico y
permitiendo por otro lado un mayor grado de concienciación e información
de la sociedad. Además, gracias a esta labor, más de 15 municipios
alaveses se han declarado libre de fracking, mientras que
Vitoria-Gasteiz (¡capital verde europea 2012!) reclaman un Estudio de Impacto Ambiental para todos los pozos o que en Cantabria varios ayuntamientos han recurrido los permisos en la zona de Arquetu.
Es
también de gran interés de cara a la construcción de alternativas más
globales que la lucha anti-fracking demuestre de nuevo la confluencia y
unidad de acción cada vez más normal y potente entre movimientos de justicia ambiental, social y democrática. Por ejemplo, en Euskadi participan en el colectivo anti-fracking asociaciones
ecologistas (Ekologistak Martxan, Eguzki, Gaia, Mendialdetik, etc.),
partidos políticos (Bildu, Equo, Izquierda Unida, Aralar), movimiento
del 15M y personas a nivel particular, o en Cantabria donde cuentan con personas
afectadas y organizaciones preocupadas por el tema como el movimiento
del 15M, Democracia Real Ya, Ecologistas en acción, ARCA, Asamblea
contra el TAV, Agitación Rural o Regüelta.
Conclusiones
La demanda mundial actual de combustibles fósiles y
el cercano agotamiento de los yacimientos convencionales, ha empujado a
la industria del hidrocarburo a aprovechar nuevos tipos de recursos
hasta ahora no explotados. Las nuevas técnicas de perforación han
facilitado ese movimiento, que ha contado al mismo tiempo con el apoyo
institucional en muchos países, cegados ante el descubrimiento de un
nuevo El Dorado. En esta situación, el aprovechamiento de los
yacimientos de gas no convencional, mediante fracturación hidráulica, es
la que está recibiendo en estos momentos mayor atención. Sin embargo,
esta técnica conlleva graves riesgos medioambientales y de salud
pública, que tanto desde las empresas operadoras, como desde las
instituciones implicadas, se están queriendo obviar. La campaña de
propaganda institucional simplemente las ignora, y descalifica a quienes
exigen que se aplique el principio de precaución, y se paralicen las
explotaciones hasta que se realice un buen análisis de los posibles
impactos y las medidas a adoptar.
Se está optando por seguir exprimiendo hasta el
último litro de hidrocarburo de las rocas por no querer afrontar un
problema que tenemos delante y es ineludible: la transición de una
economía basada en los combustibles fósiles, hacia sociedades con baja
huella ecológica (en particular energética) y tecnologías renovables y
no contaminantes. Es necesario de una vez por todas asumir que el actual
modelo es insostenible, por un lado porque las reservas de combustibles
fósiles son cada vez más escasas, y por otro lado por todos los
problemas ambientales asociados a su exploración, explotación,
producción y consumo. Ante
todo esto, ¿merecen la pena los riesgos que se van a correr con el uso
de esta técnica ante la multitud de dudas y problemas que genera? ¿están
justificados estos riesgos mientras que la estrategia energética
mundial tendría que dirigirse hacia un sistema basado en la reducción
del consumo, las energías renovables y cada vez menos dependencia a los
combustibles fósiles?
Si
bien el gas natural convencional puede representar una energía de
transición útil, la apuesta por el gas no convencional no deja de estar
demasiado basada en el no cambio de paradigma productivo y de consumo, y
el espejismo tecnológico. De hecho, no se centra en el reto de nuestras
sociedades energívoras y contaminantes: la construcción de un nuevo
modelo energético capaz de afrontar a la vez el cambio climático y el
techo del petróleo (y de todos los combustibles fósiles). En este
camino, necesitamos objetivos claros: una reducción en 2020 del 40% las
emisiones de CO2 y de un 90% en 2050, en la disminución de la demanda
total de energía en un 30% para 2020 respecto a 2007 y el 100% de
producción energética a través de fuentes renovables en 2040 (con el
abandono al mismo tiempo de la energía nuclear). Estas metas se pueden
alcanzar gracias a una serie de alternativas eficaces y seguras: la
gestión de la demanda y la implantación de cuotas máximas de consumo de
recursos no renovables y emisión de gases de efecto invernadero, la
promoción de una “Ley del ahorro, energías renovables y eficiencia
energética” que dé estabilidad y visión de futuro al sector energético,
la descentralización energética para consumir localmente lo que se
produce localmente, el incentivo del autoconsumo, el premio a los
pequeños parques de energía renovable, la disminución de la competencia
que ejerce el ciclo combinado, la eliminación de las subvenciones,
directas e indirectas, a los combustibles fósiles. Este modelo es además
un vector central de otras políticas y va profundamente vinculado a una
movilidad y un urbanismo sostenibles, la agroecología, la
relocalización de la economía, la construcción de sociedades resilientes
y autosuficientes, donde vivamos bien con menos, donde las actividades
sean intensivas en mano de obra y sobrias en energía y emisiones de
gases de efecto invernadero, y de forma global se circunscriban a los
límites ecológicos del planeta.
Al
igual que no necesitamos bonos basura y activos tóxicos en la economía,
tampoco los necesitamos en la política energética. No podemos permitir
que esta huida hacia adelante tecnológica y energética pase factura a
las generaciones presentes y futuras, en el Norte y en el Sur, aún menos
cuando sabemos que ya existen alternativas sectoriales e integrales
para enfrentarnos a la vez al cambio climático y al techo de producción
de los hidrocarburos.
Bibliografía:
Agencia Internacional de la Energía (2011): Are we entering a golden age of gas? Special Report. World Outlook Energy 2011. EIA.
Bachetta, Víctor (2012): “La última obsesión energética”, Semanario Voces, febrero 2012.
Fox, Josh (2010): Gasland.
Benson, M., Scriabine, R. y Ecologist Film Unit (2011): Fracking Hell. The true cost of America´s gas rush. Disponible subtitulado en castellano en http://www.ecologistasenaccion.org/article7910.html
Grandoso, Guadalupe (2011): Fracking. Una nueva y peligrosa apuesta para mantener el consumo de combustibles fósiles. El Ecologista nº 71.
Goodman, Amy (2010): Por una mayor regulación de las prácticas de la industria petrolera. En Democracy Now, Publicado el 25 de febrero de 2010, Disponible en: http://www.democracynow.org/es/blog/2010/2/25/por_una_mayor_regulacin_de_las_prcticas_de_la_industria_petrolera
La Calle, Abel (2012): Informe sobre la compatibilidad con el Derecho comunitario de la fragmentación
en diversos proyectos de las labores correspondientes al permiso de
investigación de hidrocarburos ENARA 1614 en las Comunidades Autónomas de Castilla y León, y País Vasco, Fundación Nueva Cultura del Agua, abril 2012.
Manrique, Patricia (2012): “Bulgaria prohíbe el fracking, EE UU insiste”, Diagonal, febrero del 2012.
Marcellesi, Florent (2012): Entre la pared argentina y la espada española. Notas sobre la expropiación de YPF. Disponible en http://florentmarcellesi.wordpress.com/
The Tyndall Center for Climate Change Research (2011): “Shale gas: a provisional assessment of climate change and environmental impacts”, Universidad de Manchester.
Urresti, Aitor (2012): ¿Qué es el fracking? ¿Por qué en Álava? Conferencia organizada por la plataforma Fracking ez Araban. Presentación realizada y video:
Saber más:
Web de la Asamblea contra el fracking en Cantabria: http://fracturahidraulicano.wordpress.com/
1
Aitor Urresti es ingeniero industrial y profesor en la UPV-EHU. Florent
Marcellesi es miembro del consejo de redacción de la revista Ecología
Política y coordinador de Ecopolítica. Ambos son miembros de Equo.
2En
2010, las reservas de gas convencional se estimaban a 404 Tcm y las de
gas de pizarra a 204 Tcm. Si les sumamos las reservas de CBM (118 Tcm) y Tight gas (84 Tcm), las reservas de gas no convencional representarían tanto como las de gas convencional.
3 La
Agencia Internacional de la Energía prevé un aumento del consumo de gas
del 50% en 2030 a nivel mundial y unas reservas de 65 años para el gas
natural (según ritmo de consumo actual),
4Estados
Unidos podría convertirse en exportador de gas una vez alimentada su
demanda interior; la China y la India buscan recursos naturales
suficientes para garantizar su proceso de desarrollo y Europa quiere
reducir sus importaciones que vienen principalmente desde Rusia.
5Quien
quiera adentrarse en los aspectos más técnicos de la exploración y
explotación de hidrocarburos, un buen texto de acceso es el libro de Hyne, Norman J (2001): Nontechnical Guide to Petroleum Geology, Exploration, Drilling and Production. Ed. PenWell
6En inglés, se habla de “Shale Gas”, término que se aplica muchas veces de forma genérica.
7Estos datos están obtenidos de la práctica habitual en los grandes yacimientos de EEUU, como el Marcellus Shale
8Véase en la bibliografía el informe del Tyndall Center para más detalles.
10Mezcla
de Benceno, Tolueno, Etilbenceno y Xileno, se trata de un compuesto
altamente contaminante que afecta al sistema nervioso central
11La
Plataforma contra el fracking de Álava ha estimado que sería necesarios
más de 2000 pozos sólo en dicha provincia para aprovechar las reservas
anunciadas: http://www.elcorreo.com/alava/v/20120418/alava/fracking-cifra-pozos-necesarios-20120418.html
12Más sobre la geopolítica de los hidrocarburos no convencionales, véase en la web de Oilwatch: http://www.oilwatchsudamerica.org/documentos/3-documentos/3807-hidrocarburos-no-convencionales-inovedad-o-el-horror-potenciado.html
13Acercándose
a esta problemática desde una posición del “No en mi patrio trasero”
(puesto que una compañía gasista le quería comprar su terreno en
Pensilvania para extraer gas no convencional), el cineasta decide
conectar con más comunidades afectadas, lo que lleva a conocer la
realidad de estas explotaciones en más de treinta estados de su país.
15Está
en preparación “The Promised Land”, una película anti-fracking
co-escrita por Matt Damon y John Krasinskipor, y dirigida por Gus Van
Sant: http://www.huffingtonpost.com/2012/04/06/promised-land-matt-damon-fracking_n_1408501.html
16También afecta a
la Ley de Aire Limpio, La Ley de Agua Limpia, La Ley para la
Preservación y Recuperación de Recursos, La Ley del Derecho-A-Saber, y
La Ley de la Respuesta Medioambiental Global. Según la Ley de Política
Energética de 2005, se permite una exención para la práctica del
“fracking”, por encima de lo estipulado en La Ley del Agua Potable. Más
información, véase: http://www.democracynow.org/es/blog/2010/2/25/por_una_mayor_regulacin_de_las_prcticas_de_la_industria_petrolera
17A Josh Fox le ofrecieron casi 100.000 dólares por los derechos del gas de sus siete hectáreas de tierra.
19 Véase “Declaración
sobre el petróleo y el gas de esquisto, el metano procedente de
yacimientos de carbón y la fractura hidráulica” disponible en http://www.ecologistasenaccion.org/IMG/pdf/declaracion_fracking.pdf
20Disponible en http://copenhagen.eu.fuzion.co.nz/proposals/shale-gas
21En
algunas solicitudes se especifica que se están buscando recursos no
convencionales, pero no es obligatorio a priori informar del tipo de
explotación que se ve a realizar. En este enlace se puede consultar un
mapa de concesiones de hidrocarburos convencionales y no convencionales:
http://fracturahidraulicano.wordpress.com/documentos/mapa-de-concesiones/
22 Hay permisos de extracción en el surpirenaico,
el golfo de valencia, el Guadalquivir o Murcia pero no queda claro si
también incluye investigación de gas de pizarra. En el mapa, la zona del
valle del Ebro aparece más clara por ser permisos nuevos, y no estar
todavía suficientemente clara su utilidad. La extensión de los
yacimientos señalada es meramente ilustrativa, ya que en la actualidad
no está suficientemente claro cuál es su extensión real.
23A través de Shesa, Sociedad de Hidrocarburos de Euskadi.
24 En el resto de España encontramos las empresas
privadas de la energía: Ripsa (filial de Repsol) en Cantabria,
Petroleum Oil and Gas (filial de Gas Natural Fenosa) en Andalucía, Schuepbach energy (empresa norteamericana de Dallas especializada en gas de pizarra), Cuadrilla
Ressources (que ya explota gas de pizarra en Reino Unido), BNK
Petroleum en Cantabria y Burgos (especializada en gas de pizarra).
25 Más información en el blog de Iker Armentia: http://www.nosinmimochila.com/2011/10/el-gobierno-vasco-se-alia-con-amigos-de-bush-para-extraer-el-gas-de-alava/
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