Acusan al Gobierno de Cospedal de aprobar el proyecto sin someterlo a una evaluación de impacto ambiental
El Gobierno de Castilla La Mancha ha otorgado permiso para perforar la zona oeste de la provincia de Albacete, para la prospección y localización de petróleo y gas, en la zona de Viveros, Villarrobledo, Munera, Ossa de Montiel, El Bonillo, Lezuza y El Ballestero, así como en Alhambra, en la provincia de Ciudad Real. Como ya va siendo conocido, estos gases se quieren extraer mediante la técnica de la fractura hidráulica, conocida como 'fracking', consistente en la apertura de grietas en las capas donde se acumula el gas, mediante la inyección de agua a presión mezclada con productos químicos que fracturan las capas de la tierra.
La alarma se ha extendido por toda la provincia de Albacete, dado que numerosas organizaciones ecologistas y partidos políticos como Equo vienen denunciando los «gravísimos impactos» que este tipo de proyectos conlleva, pues se van a utilizar productos químicos «cancerígenos» que la empresa promotora no quiere desvelar bajo la excusa del secreto industrial, lo que, según estas organizaciones, «dejará contaminados los acuíferos, provocará enfermedades muy graves a la población y la generación de pequeños seísmos; además, se perderá el hábitat natural para las especies que allí viven, aves, mamíferos, reptiles, anfibios, por las perforaciones, balsas para la recogida de aguas residuales, apertura de pistas».
Según explican en nota de prensa Acem Ecologistas de la Manchuela, Ecologistas en Acción, Grupo Biodiversidad y la Sociedad Albacetense de Ornitología (SAO), esta forma de extracción, altamente nociva para la salud humana y ambiental, utiliza grandes cantidades de agua que posteriormente quedan contaminadas. «El agua de producción es el mayor residuo generado, contiene una alta variedad de productos químicos procedentes del petróleo de los depósitos en formación. Contiene productos tóxicos como el benceno, xileno, arsénico, mercurio e incluso materiales radiactivos naturales».
Sustancias no publicadas
Según el comunicado, es muy frecuente que la composición de los aditivos químicos sea confidencial, por lo que no se publican. Una de las sustancias es el tetra metil amonio cloruro, que es tóxico y nocivo para el agua potable incluso en pequeñas cantidades. Para las organizaciones ecologistas, con el 'fracking' se consumen cantidades «ingentes» de agua, que serán «contaminadas», pudiendo afectar a espacios naturales protegidos tan importantes como las Tablas de Daimiel o Las Lagunas de Ruidera.
Otro de los efectos provocados por la fracturación hidráulica son los sismos de pequeña magnitud, entre 1 y 3 en la escala Richter.
Ante estos hechos, desde las asociaciones ecologistas se preguntan qué efectos tendrá la explotación de estos hidrocarburos sobre las aguas subterráneas, sobre el suelo, sobre los cultivos, sobre la ganadería, sobre la fauna silvestre y más importante todavía, «sobre las personas que habitan en esta comarca». Advierten que hasta que no se respondan a estas cuestiones, y se acredite de forma científica que no producirá ningún efecto nocivo sobre personas, fauna y flora y sobre el medio natural «no se debería autorizar ni la prospección ni la extracción de estos gases».
Las organizaciones ecologistas han instado a la Administración a que explique el verdadero proceso de extracción y los productos utilizados, sus riegos y consecuencias, tanto para la personas como para la fauna la flora y los hábitats, prohibidos en otros países como Francia y en comunidades autónomas como La Rioja. La empresa dedica ingentes cantidades de dinero para contrarrestar las verdaderas consecuencias y que aunque corran tiempos de crisis la Administración Regional no debe comprometer el futuro económico de extensas zonas, bajo la excusa de dinero temporal fácil, que solo repercutirá en la propia empresa.
Sustancias no publicadas
Según el comunicado, es muy frecuente que la composición de los aditivos químicos sea confidencial, por lo que no se publican. Una de las sustancias es el tetra metil amonio cloruro, que es tóxico y nocivo para el agua potable incluso en pequeñas cantidades. Para las organizaciones ecologistas, con el 'fracking' se consumen cantidades «ingentes» de agua, que serán «contaminadas», pudiendo afectar a espacios naturales protegidos tan importantes como las Tablas de Daimiel o Las Lagunas de Ruidera.
Otro de los efectos provocados por la fracturación hidráulica son los sismos de pequeña magnitud, entre 1 y 3 en la escala Richter.
Ante estos hechos, desde las asociaciones ecologistas se preguntan qué efectos tendrá la explotación de estos hidrocarburos sobre las aguas subterráneas, sobre el suelo, sobre los cultivos, sobre la ganadería, sobre la fauna silvestre y más importante todavía, «sobre las personas que habitan en esta comarca». Advierten que hasta que no se respondan a estas cuestiones, y se acredite de forma científica que no producirá ningún efecto nocivo sobre personas, fauna y flora y sobre el medio natural «no se debería autorizar ni la prospección ni la extracción de estos gases».
Las organizaciones ecologistas han instado a la Administración a que explique el verdadero proceso de extracción y los productos utilizados, sus riegos y consecuencias, tanto para la personas como para la fauna la flora y los hábitats, prohibidos en otros países como Francia y en comunidades autónomas como La Rioja. La empresa dedica ingentes cantidades de dinero para contrarrestar las verdaderas consecuencias y que aunque corran tiempos de crisis la Administración Regional no debe comprometer el futuro económico de extensas zonas, bajo la excusa de dinero temporal fácil, que solo repercutirá en la propia empresa.
Publicado en Laverdad.es
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