El Gobierno checo propuso imponer una moratoria provisional a las extracciones de gas de esquisto en Europa, argumentando que éstas pueden deteriorar la ecología en la región.
Las opiniones de los países europeos sobre este asunto se han polarizado.
Hace ya varios años que los funcionarios de la Unión Europeo buscan reducir su dependencia de los suministros de gas ruso. Consideran diversas formas para lograrlo, entre ellas, poner en marcha el gasoducto Nabucco y diversificar las importaciones de gas, gas de proveedores como Turkmenistán, Noruega y EEUU. Pero todos estos proyectos son poco factibles, sostiene el director general del Fondo Nacional para la Seguridad Energética, Konstantín Símonov:
—Hasta fines de esta década, la única opción real es la explotación del segundo yacimiento de Shah Deniz, en Azerbaiyán, con sus diez mil millones de métros cúbicos de gas natural. Aunque también hay dudas de que alcancen a tenerlo disponible. No hay más gas en ninguna otra parte, ni en Irán, ni en Iraq. Qatar no podrá dar más de lo que produce. Alcanzó el máximo de sus capacidades. Y el gas estadounidense es una perspectiva muy insegura.
Otra opción es el gas de esquisto. Los europeos confían sinceramente en el alto potencial de los respectivos proyectos y les hacen mucha publicidad. Pero desde el punto de vista racional, la situación no es tan radiante para los europeos. Los “pros” son cinco veces menos que los “contras”, asevera Konstantin Símonov:
—La ecología es solo uno los argumentos "en contra", pero muy importante. Europa siempre ha estado más preocupada por la ecologóa que cualquier otra región del mundo. El gas de esquisto es un peligro rel para el medio ambiente, porque se extrae a presión de agua mezclada con agentes químicos. Estas sustancias contaminan las tierras y penetran en los alcantarillados de las ciudades. Y tienen otros efectos nocivos. La tecnología de extracción de gas de esquisto supone una perforación horizontal continua en grandes territorios. Europa no tiene tantas áreas disponibles. En Polonia, por ejemplo, se ha dado licencia para extraer el gas de esquisto en un 30 % del territorio nacional. Es todo un problema.
A diferencia de EEUU, es poco probable que Europa inicie la extracción industrial de gas de esquisto en los próximos años, opina el experto. La empresa estadounidense ExxonMobil anunció este año que en Polonia no existen ventajas comerciales para extraer gas de esquisto y cerró todos sus proyectos en ese país. Además, cada vez más países prohiben estas labores. Ya lo hicieron Francia y Bélgica. La República Checa decretó una moratoria provisional. La situación es bastante controvertida, dice el presidente del Instituto de Energía y Finanzas, Vladímir Feigin:
—Se trata de una tecnología muy reciente, aún no está del todo clara la potencialidad de este recurso. Por eso, en relación al gas de esquisto, todas las cifras son vagas, sin mucho fundamento. Se concretarán con el inicio de la extracción, cuando veamos que la tecnoligía funciona bien y producto sea rentable, pero este tipo de experiencias son todavía escasas fuera de EEUU.
En opinión de expertos europeos, el gas de esquisto incidirá poco en la producción de gas natural a nivel global en los próximos quince años. Mientras tanto, Europa intentará disminuir su dependencia de los combustibles rusos buscando fuentes alternativas y renovables de energía. A su vez, Rusia comenzó a trabajar activamente en el mercado de Asia-Pacífico, donde se espera el mayor crecimiento de la demanda de gas natural a escala global.
A diferencia de EEUU, es poco probable que Europa inicie la extracción industrial de gas de esquisto en los próximos años, opina el experto. La empresa estadounidense ExxonMobil anunció este año que en Polonia no existen ventajas comerciales para extraer gas de esquisto y cerró todos sus proyectos en ese país. Además, cada vez más países prohiben estas labores. Ya lo hicieron Francia y Bélgica. La República Checa decretó una moratoria provisional. La situación es bastante controvertida, dice el presidente del Instituto de Energía y Finanzas, Vladímir Feigin:
—Se trata de una tecnología muy reciente, aún no está del todo clara la potencialidad de este recurso. Por eso, en relación al gas de esquisto, todas las cifras son vagas, sin mucho fundamento. Se concretarán con el inicio de la extracción, cuando veamos que la tecnoligía funciona bien y producto sea rentable, pero este tipo de experiencias son todavía escasas fuera de EEUU.
En opinión de expertos europeos, el gas de esquisto incidirá poco en la producción de gas natural a nivel global en los próximos quince años. Mientras tanto, Europa intentará disminuir su dependencia de los combustibles rusos buscando fuentes alternativas y renovables de energía. A su vez, Rusia comenzó a trabajar activamente en el mercado de Asia-Pacífico, donde se espera el mayor crecimiento de la demanda de gas natural a escala global.
Publicado en La Voz de Rusia
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